El servicio de control de aves en la capital ribereña ha conseguido capturar más de 12.000 ejemplares de paloma común en los cuatro años que lleva trabajando en la ciudad para evitar la excesiva proliferación de estas aves y, por lo tanto, los problemas de ruido y suciedad que traen consigo. Una labor que se ha desarrollado colocando más de 15 jaulas repartidas por Aranda, en distintas azoteas y zonas elevadas, donde las palomas entran por la comida y el agua, pero que una vez dentro no pueden salir. Los técnicos de la empresa acuden de forma regular a comprobar las capturas y se llevan a los ejemplares para dejarlos en libertad lejos.
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